Las pérdidas de carga son una parte ineludible en todos los aspectos del transporte. A lo largo del tiempo, algunas industrias han desarrollado métodos que minimizan estas pérdidas y daños. Sin embargo, en el transporte de líquidos, los avances han sido limitados desde los inicios del sector.
La medición precisa del volumen y peso de líquidos es un proceso complejo. Aunque el uso de tablas y software especializado facilita la tarea, permitiendo a los operarios menos experimentados alcanzar una precisión razonable, las discrepancias significativas requieren métodos más avanzados. En tales casos, un inspector con amplia experiencia y conocimientos puede investigar la situación y encontrar la solución más adecuada.
Por lo general, los problemas durante la carga se deben a cifras infladas en el Bill of Lading y a informes de calidad incorrectos. En la práctica, la documentación frecuentemente no concuerda con los volúmenes y condiciones reales de la carga a bordo.
El objetivo fundamental durante el descargue es el mismo que en la carga: asegurar que el proceso sea preciso. La diferencia principal es que en este caso, el certificado de salida debe coincidir con las cifras de llegada del barco. El reto consiste en garantizar que todas las conexiones en tierra se contabilicen correctamente, que las mediciones se realicen de manera precisa, y que las muestras sean tomadas adecuadamente y sean representativas. Aunque este trabajo es realizado por operarios en los niveles más bajos de la jerarquía y puede parecer técnicamente sencillo, debe llevarse a cabo con exactitud. Un error en esta fase puede resultar en grandes pérdidas al final del proceso. Por eso, una supervisión adecuada es esencial.
La transferencia de hidrocarburos de una nave a otra, conocida como Ship-to-Ship – STS, enfrenta problemas muy distintos a los de las operaciones en un terminal marítimo. Aquí, las pérdidas físicas no son habituales, a menos que ocurra un derrame. La carga puede estar en uno u otro buque, pero las mediciones en aguas abiertas representan un desafío incluso para los inspectores más experimentados. Obtener mediciones precisas es esencial en todos los aspectos del transporte de líquidos, y el STS es el más complejo de todos. El principal inconveniente es el movimiento constante tanto del barco como de la carga. Para realizar mediciones precisas, es necesario que los objetos estén estables, pero medir algo que está en constante movimiento resulta complicado. Frecuentemente se toman mediciones, se calculan cifras y se aceptan tal cual. Los superintendentes de QLC Consultants, sin embargo, se aseguran de que no se acepten cifras inexactas, previniendo así grandes pérdidas financieras.
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